jueves, 4 de agosto de 2016

No os quejéis

¡No te quejes, al menos tienes trabajo! La persona que patentó esta frase tiene que estar forrada.
 Estamos tan acostumbrados a escucharla, que nos resignamos a contestar: pues si, al menos cobro un sueldo.

La sociedad nos enseña a pensar que siempre hay alguien peor, alguien que lo pasa peor que nosotros en todos los sentidos, y entonces así conformarnos con lo que nos rodea sin rechistar, sin agitar el puño, enmudeciendo ante las injusticias, las nuestras y las de otros. Maldito miedo, que es el agente más opresor que existe.

Recordad que siempre hay alguien peor, pero recordad que siempre hay alguien que lo está pasando mejor; y curiosamente son esos que esparcen el "hay alguien peor" los que viven mejor.
Estos días nos levantábamos con la noticia de que el paro ha bajado una barbaridad y las cotizaciones a la seguridad social han subido. Enhorabuena España, ya tienes lo que querías, que el numerito dejase de ser alarmantemente preocupante y se noten "los brotes verdes". Joder con los brotes, va a crecer una planta carnívora.

 ¿De qué nos alegramos si la mayor parte de los contratos son en el sector servicios, lo que viene siendo hostelería en temporada de verano?. Es decir: contratos temporales, medias jornadas, sueldos irrisorios, condiciones abusivas, explotación veraniega e infinidad horaria. De qué nos sirve crear empleo si solo hacemos valer nuestro país para servir paellas a los extranjeros (¡ojo!, los "buenos", los que se dejan la pasta en los chiringuitos y se ponen colorados, no queremos a esos del este (al menos como clientela), no sea que se llene esto de chusma).

 Y si, es muy digno llevar una bandeja en la mano, no hay trabajo en el que se deba tener más paciencia en el mundo (la experiencia me lo dice), pero cuando se es válido para ello y con unas condiciones laborales que reflejen lo que se trabaja.

 España, que no, que las cosas no se hacen así. Basta de contratos de formación sin remuneración o con una remuneración que no da ni para una botella de agua con la que sofocar este mal trago.

 Todos los medios de comunicación abrían con la feliz noticia de un Julio como hacía muchos años, un dato próspero para la economía y el sistema público, y después, en bajito (si lo contaban), presentaban el tipo de contratos y las condiciones. Cuando se nos presentan diferentes canales de información a la vez, la atención, una de las habilidades cognitivas, se divide, y tendemos a quedarnos con la más relevante, la de más interés o la que más resalte. ¿Con cual de las dos nos quedaremos, la que abre el informativo con una música bien alta de fondo y un titular claro, o la que se cuenta a mitad de programa como un secundario pasajero?. Todo culpa de la atención dividida; es lo que en psicología llamamos una putada.
 Pero no os quejéis, al menos tenéis cerebro.

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