viernes, 16 de diciembre de 2016

La otra cara de la estación de Otero

En un mundo sediento de titulares morbosos sobre los que volcar toda nuestra ira y reproche, aparecía hace no muchos días una noticia digna de provocar el enfado de los ciudadanos: el ministerio de fomento va a construir una estación de AVE en un pueblo de Zamora de veintiséis habitantes, infraestructura que nos va a saquear de las arcas públicas la friolera de 4,6 millones de euros, ¡para sólo veintiséis habitantes! ¡qué desfachatez!

La noticia corrió como la pólvora, y nadie entendía cómo a un pueblo donde no hay bar, de una provincia donde no hay juventud, pueda llegar la alta velocidad. ¿Para qué?
Claro que la noticia escondía muchos más entresijos, a lo que medios, y sobretodo lectores o espectadores no prestaron atención, o no querían prestarla.

Como ni yo soy un experto del tema, ni podría explicarlo medianamente bien, adjunto un link para navegar por el mundo del ferrocarril, los PAET y el por qué de una estación en Otero de Sanabria:


Al margen de las necesidades técnicas, surge en este debate un componente más: Otero tendrá estación porque no la tendrá Puebla de Sanabria, debido a su orografía montañosa. Esto significa que la estación no es para veintiséis personas, ni un capricho a "cuatro viejos". La estación dará cobijo a la zona noroeste de la provincia, Sanabria y Carballeda, al noreste de Portugal y al sur de Ourense y León.

Ni que decir tiene que todo este tumulto de voces y alardeo de derroche sólo es un encubierto desprecio por el desarrollo del mundo rural, por otro lado escaso, que profesan aquellos que desde las grandes ciudades tienen su movilidad cubierta, y no comprenden que las personas "provincianas" y de boina deban moverse de la lumbre de su hoguera. 

Sanabria es una comarca zamorana que separa esta provincia castellano leonesa de Galicia, bien conocida por su grandioso lago, fuente principal de ingresos de esta zona gracias al turismo.
Su evolución demográfica es alarmante, pasando de tener un censo de más de 33.000 habitantes en 1950 a 6.500 en la actualidad, con un elevado envejecimiento de su población y una tasa de natalidad ínfima, lo que augura un futuro de abandono y pérdida de localidades en no muchos años.
Sé que el futuro de San Román de Sanabria, Calabor, Villanueva de la Sierra o Vime no es motivo de preocupación en los grandes círculos ni en la política nacional porque no revierte en votos, pero los números hablan, y las pequeñas provincias del interior os están gritando que la desaparición del campo está a la vuelta de la esquina.

Por eso, Sanabria, cuya economía está prácticamente basada en el turismo (más de 600.000 visitantes al año), merece como cualquier otro sitio, y sin tanta mofa, comunicarse con el país, enseñar al mundo su pequeño paraíso y levantar la dignidad de una parte de la población que aunque anciana, intenta luchar por la tierra que nos ha mantenido con vida, pese a tantas adversidades.


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