jueves, 13 de octubre de 2016

12 de Octubre, la eterna división

¿Por qué celebramos el 12 de Octubre? ¿Para rememorar el "descubrimiento" de América? ¿Para ensalzar La Hispanidad y lo que significa? ¿Como excusa para no ir a trabajar?
En realidad todo eso... y nada. Últimamente celebramos este día para que defensores y detractores de esta fiesta se tiren los trastos a la cabeza, para seguir infundando odio entre la derecha y la izquierda, entre los que sacan la bandera a pasear con todo el orgullo y los que no, los que se sienten más patriotas por emocionarse al ver al ejército y los que no les interesa.

Ayer se celebró el paraguas de Cifuentes, la no asistencia de Podemitas, el atuendo de la reina, el saludo Rajoy-Susana Díaz, celebramos nimiedades.

Cómo explicar que no es más español el que sube la bandera de España a redes el 12 de Octubre pero el resto del año no contribuye a construir un país mejor; que no se trata de colores ni de telas, que no existe una "españolidad", que todos queremos un país justo y libre. Que es igual de español el de derechas y el de izquierdas; el sargento, el barrendero y el pintor; el alcalde y el indigente, el que ondea la rojigualda y el que lo hace con la tricolor, el catalán y el castellano, el que va a la fiesta y el que no está de acuerdo con ella. Ninguno es más español que otro, aunque dediquéis mucho tiempo a intentar que pensemos lo contrario.

Entended que luchar por tu país, porque los seres que lo habitan lo hagan de la mejor manera posible, fomentar la igualdad en todas sus expresiones, las libertades, y la justicia, también es ser patriota, y amar tu patria. 

Y es que esta fiesta no sólo se cimienta sobre un hecho histórico un tanto escabroso y que cambió el rumbo de todo un continente para el interés de un imperio déspota, etnocéntrico y racista, sino que también se basa en una idea tomada de la dictadura sobre unos supuestos valores patrios superiores y de tintes imperialistas. Dónde quedó aquella idea de Hispanidad prefranquista basada en el hermanamiento de las repúblicas de habla hispana, de fraternidad entre pueblos y de lucha por la paz, después de una historia de guerras.

Esa es la fiesta que quiero para mi país. Una en la que importe menos la fecha en la que se celebra e importe más el sentido, una fiesta que aporte y no que reste grandes fondos de las arcas públicas.
Una fiesta donde todos se sientan representados, donde no se rivalice, no se odie, y sirva para unirnos y construir un país mejor.

Y recordad que es igual de español el que va al desfile del 12 de Octubre que el que va a una huelga a exigir sus derechos.

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